Como se mencionó anteriormente, se seleccionó este lugar para la toma de la muestra, ya que gran parte del terreno del lote sobre el cual se encuentra la casa, está compuesto por material de lleno y la idea era obtener una muestra de un lugar donde el suelo no hubiera sido alterado y cumpliera con las características propias que un material de esta zona debería tener. Además, se buscó evitar estar cerca a las grandes rocas que se encontraban en el terreno, pues esto dificultaría el proceso de extracción de la muestra, ya que probablemente se podrían encontrar más.
Se tomó una muestra inalterada del suelo el día 13 de Marzo de 2019 a las 3:30 p.m. En el lugar de estudio, las dos semanas anteriores se habían venido presentando altos niveles de precipitación con lluvias de frecuencia diaria; sin embargo, en los dos meses anteriores se registraron altas temperaturas y poca pluvosidad. La temperatura en el momento era de 24 °C, el día había estado soleado y despejado, sin embargo, al momento de tomar la muestra se empezó a nublar el día.
Para extraer la muestra, se utilizaron medios manuales y herramientas convencionales como pala y barra. Se retiró toda la materia orgánica posible del suelo (horizonte O), la cual tenía un espesor aproximado de 20 cm. En esta se encontraron raíces de grama y de pequeñas malezas que se encontraban en los alrededores. También, se observaron varios animales como lombrices, arañas y escarabajos. La muestra total (sin el horizonte O) fue de 50 cm, en total se excavaron 70 cm. Solo se encontró un horizonte además del orgánico, no se vieron cambios en el color, pocas pierdas y de color oscuro. No se llegó al nivel freático ni presencia de agua.
Una vez se eliminó toda la materia orgánica y se encontró el horizonte A o la zona de eluviación, se limpiaron todos los residuos de materia orgánica como hojas secas o humus. A partir de este punto, se insertó un tubo mediante golpes, hasta obtener la profundidad deseada. Luego, con la ayuda de la barra, se extrajo el tubo que contenía el espécimen de suelo y se verificó que tuviera la profundidad necesaria y estuviera en buenas condiciones. Finalmente, se cubrió el tubo con plástico en ambos extremos, con el fin de que la muestra no perdiera humedad y poder determinar las propiedades del suelo en sus condiciones naturales.
Al día siguiente en el laboratorio se retiró la muestra del cilindro para empezar a realizar los ensayos correspondientes. A simple vista se veía que la contextura de la muestra era un poco pegajosa y que su densidad era muy baja con respecto a las demás, probablemente debido al alto contenido de ceniza volcánica. Al tocar el suelo, los materiales se adherían con facilidad a las manos o a cualquier otra superficie con la que entrara en contacto. Además, no tenía un olor característico o peculiar que la pudiera diferenciar de cualquier otro suelo. Visualmente al sacar la muestra del tubo, esta tendió a expandirse y parecía tener escamas, o como si se estuviera descascarando como un tronco o cascara de huevo.
A pesar de no contener materia orgánica, su color seguía siendo muy oscuro. No se evidenció presencia de gravas y estaba mayormente compuesta por arenas finas, limos y arcillas. Al secar la muestra, se pudo observar que la mayoría de partículas gruesas eran redondas y fracturadas, sin embargo había más presencia de finos que de gruesos.